EL COS HUMÀ




3 GRANDES MITOS DEL EJERCICIO AL DESCUBIERTO

Hoy voy a hablar de 3 mitos que circulan por el mundo del deporte y que suelen estar muy extendidos entre la gente con poca experiencia. Las causas que suelen estar detrás de estos mitos pueden ser muy diversas: la publicidad, principalmente de material deportivo de índole "milagrosa", la ausencia de investigaciones (sobre los mitos) aplicadas al campo de la Educación Física, el boca a boca, etc. A veces, desmitificar y dar a conocer las verdaderas causas de algo que está muy extendido no es fácil, pero es una simple cuestión que se resuelve con conocimiento. Por lo tanto, desmitifiquemos
 e informemos.

Mito 1: para eliminar la grasa del abdomen hay que hacer abdominales. Mucha gente sigue creyendo
 aun que para  adelgazar y eliminar la grasa del abdomen tiene que hacer ejercicios abdominales.
 Sin embargo, hacer  abdominales hasta  la saciedad no hará que reduzcamos la grasa de esa
 zona. El cuerpo, hagamos el ejercicio que hagamos, siempre quema  la grasa de manera general,
 no de manera localizada. Es cierto que hay zonas en las que la grasa se pierde antes y otras
 en las que se resiste a desaparecer, pero aun así, por mucho que se trate de eliminar esa grasa ejercitando
 esa zona, no se conseguirá una pérdida de grasa en la misma. Además, los ejercicios abdominales
 son ejercicios localizados que conllevan un bajo gasto energético.

Por lo tanto si lo que se quiere es eliminar la grasa abdominal, lo mejor es hacer una mezcla de ejercicios
 aeróbicos  (correr, nadar, bicicleta, etc a un ritmo medio/alto) y anaeróbicos (ejercicios con pesas, 
correr, nadar, etc a  nuestra máxima capacidad). También es importante llevar una dieta que nos facilite
 la pérdida de peso de la manera  adecuada.

Mito 2: sudar es sinónimo de quemar grasa. Cuantas veces habremos visto a gente abrigada haciendo 
deporte,  incluso en épocas de calor, sudando hasta la saciedad. Este hecho suele responder a la creencia de
 que el sudor  es señal de que estamos quemando depósitos de grasa, pero la realidad es muy distinta. 
A través del sudor se pierde  agua y sales minerales, pero no grasa. La grasa que usamos como energía
 no sale por nuestros poros en forma de sudor,  se disipa en forma de energía y calor. El peso que podamos
 perder después de haber hecho una actividad física intensa  no proviene de la pérdida de grasa sino de la
 pérdida de agua que perdemos con el sudor. Por eso, el peso que hayamos  perdido vuelve a su valor inicial
 una vez que nos rehidratamos y recuperamos el líquido perdido. Además, ir demasiado  abrigado puede
 ser contraproducente, ya que al sudar más nos deshidrataremos, y como consecuencia, nos fatigaremos
 antes.

Por lo tanto, si sois de los que os gusta ir bien abrigados cuando hacéis una actividad deportiva, 
dejad de hacerlo,  porque aparte de no tener ningún beneficio estaréis interfiriendo en vuestro rendimiento.

Mito 3: las agujetas se evitan tomando agua con azúcar. Este mito muy extendido está
 basado en la teoría sobre el ácido láctico como generador de agujetas (o como se
 conocen en medicina, mialgia diferida). Según esta teoría, las agujetas se forman por la
 cristalización del ácido láctico resultante de la actividad metabólica en las células
 musculares. Lo que se pretende al tomar agua con azúcar es eliminar estos cristales 
de ácido láctico. Sin embargo, esta teoría ya no tiene validez científica, pues a día de
 hoy se sabe que estos cristales ni siquiera están presentes en el músculo después
 del entrenamiento, pues van a parar rápidamente a la sangre. Además disponemos
 de una prueba irrefutable, las personas con la Enfermedad de McArdle son incapaces
 de producir ácido láctico y sin embargo sufren de ellas.

Por tanto, tomar agua con azúcar no nos va a aportar ningún beneficio, 
es más,  podría producirnos problemas gástricos. A pesar de que no se sabe a ciencia cierta que es lo que
 causa las agujetas, la  teoría más aceptada por la comunidad científica es la de las microrroturas de fibras
 musculares. Según esta teoría las  agujetas son el resultado de roturas musculares a nivel microscópico
 durante la práctica de ejercicios en los que  predominan las contracciones excéntricas, es decir, 
en aquellas en las que la tensión que genera el músculo es menor  que la resistencia externa que se
 le aplica. Serían aquellas acciones en las que tratamos de frenar una carga, como  por ejemplo cuando
 después de haber levantado una pesa en un ejercicio de bíceps la bajamos para volver a la  posición
 inicial. La intensidad de las agujetas es directamente proporcional al tiempo que se ha estado sin hacer ejercicio
 y a la intensidad del mismo.

Algunos autores señalan que el tratamiento de las agujetas con antiinflamatorios, como el ibuprofeno
 o el naproxeno,  es beneficioso en la reducción del dolor, sin embargo, y esto lo digo ya a nivel personal, 
esta medida me parece excesiva  y medicaliza un "problema" que es fácilmente soportable.
 Recordemos que los medicamentos no son inocuos y que  tomarlos sin control (en este caso por
 una molestia menor) puede causar males mayores. La mejor manera de disminuir la  intensidad de
 las agujetas (ya que prevenirlas no es posible) es iniciarse en la actividad física de manera gradual y
 no hacer grandes esfuerzos. Esto es especialmente importante en aquellas personas que no estén
 habituadas a la  actividad física, o que estando habituadas, lleven un tiempo sin ejercitarse.
 También será útil estirar los músculos  ejercitados antes y después del entrenamiento y ducharse
 con agua fría al concluirlo.





El cos, la màquina perfecta?
La percepció visual
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Els músculs i el moviment
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